Yo he visto y oído muchas cosas, demasiadas. La última es la
locura de una de mis mejores amigas, Amanda. Quedé con ella el sábado en el
café de La infanta. Apareció exultante. Había adelgazado varios kilos desde que
rompió con Juan. Iba perfectamente vestida y maquillada. Nadie hubiera dicho al
verla que pasaba de los sesenta. Nos sentamos a una de las mesas del rincón de
siempre y empezó con su confesión. Cada vez que la veo aparece con una historia
nueva.
-¡Que me he enamorado, Elvira, y esta vez va en serio! Me he
vuelto loca de remate por este hombre.
-¡No me digas! Pero quién es, cuenta, de qué lo conoces.
-No lo conozco, bueno, no lo conozco personalmente. Es de
Meetic.
-¿De Meetic? Y dices que te has enamorado pero ¿cómo es
posible?
-Como lo oyes, Elvira, nunca había conocido a nadie como él.
Es sueco, alto, fuerte, viudo, rico. Y lo mejor: dice que soy la mujer de su
vida, que ha encontrado un diamante y que va en serio, que no tiene tiempo que
perder.
-A ver, a ver, para. ¿Cómo sabes que todo eso es verdad?
-Porque lo sé. Tendrías que leer sus apasionadas cartas. Yo
vivo solo para ver su nombre: “Melvin Gunnar”, iluminar la bandeja de entrada
de mi Hotmail.
-Pero desde cuándo lo conoces?
-Desde hace una semana.
-¿Una semana y ya te has enamorado? Tú no estás bien.
-Yo sé lo que me hago, Elvira, Ya soy mayorcita.
-Eso sí que es una verdad.
-¿El qué?
-Lo de que ya eres mayorcita como para andarte con esas
tonterías. No te acuerdas de lo que le pasó a mi amiga Irene, la de Murcia.
-Mira, Elvira, he decidido poner las cartas sobre la mesa.
Nadie es perfecto. Hoy en cuanto llegue a casa le escribo. Voy a decirle que no
me importa que no sea sueco ni rubio ni alto ni rico. Que me da igual que sea
un scamer nigeriano. Que si necesita dinero que me lo pida. Pero que no deje de
enamorarme nunca con sus maravillosas cartas.
Hasta aquí la historia que escribí de mi amiga Amanda pero
poco después sucedió un hecho harto sorprendente. Publiqué el cuento en el blog
de la comunidad en la que escribo, Valencia Escribe, el día 10 de febrero del
2015. Sin ninguna intención determinada escribí el nombre real del scamer y
este detalle no tardó en producir consecuencias en forma de comentarios
anónimos:
Anónimo22 de febrero de 2015, 17:27
Hola, que a mí me está pasando lo mismo que escribís ahí con
una persona que se llama Melvin Gunnar y que me dice exactamente lo mismo…, no es
para reírse, chateo con él y en algún momento he llegado a pensar, por lo que
tarda, que chatea con más a la vez…, y me dice exactamente lo mismo, me da la
impresión que a esa otra mujer…, creo
que nos está tomando el pelo y deberíamos hacer algo. Si queréis comentarme
algo, hacerlo por aquí, no voy a dejar mi mail.
Anónimo22 de febrero de 2015, 18:31
Soy la misma persona de antes, perdonadme por no decir mi
nombre, pero ¡me da tanta vergüenza ser tan tonta! Aunque no he creído todo lo
que decía, sí me he sentido ilusionada, para que nos vamos a engañar. Por
favor, decidme como es la estafa en concreto, yo ya había pensado que, como
ahora está trabajando fuera según dice, chateaba con varias a ver donde se
metía cuando volviese, y que escogería la que le interesase más por su
domicilio, porque a mí me ha pedido la dirección y he sido tan estúpida de
dársela, no completa pero se ha he dado. Si lee esto la persona afectada por
esta situación o la que lo cuenta en su nombre, por favor, dime algo por aquí.
Estoy preocupada. Gracias.
Me quedé perpleja después de leer estos comentario y le
contesté:
22 de febrero de 2015, 19:19
Tranquila. Normalmente son nigerianos que lo único que hacen
es pedirte dinero. No es que sepa mucho de eso pero es lo que me han contado.
De pronto te dice que ha tenido un accidente y te pide que ingreses dinero en
una cuenta de África. Y dime ¿cómo has llegado a este cuento?
Anónimo22 de febrero de 2015, 19:35
Tengo un perfil en meetic, bueno tenía porque Melvin Gunnar
me pidió por favor que lo quitase, que era más honesto, lo que hice porque la
verdad, aunque a él le dije que era reciente llevaba mucho tiempo puesto, sin
foto y tenía pocas visitas y no valía de nada. Él contactó conmigo, me dijo que
era viudo, que trabajaba para la Shell
Company, que estaba esperando irse fuera por un contrato y que llevaba un año
viviendo en Madrid. Y ya sabes, qué
flechazo. Le seguí un poco la corriente al principio porque te hace gracia,
pero la verdad es que me lo he llegado a creer. Él me envió dos fotos, y el día
14 una Valentine´s card, claro, y muchos correos muy románticos. El 13 de manda
uno diciéndome que él pensaba que se iba a ir dentro de un mes, pero que ha
recibido una carta de su compañía que tiene que incorporarse a su puesto de
trabajo el 14 o 15 de febrero. Sigue, seguimos con nuestros correos y chateamos
a través de un chat de yahoo desde hace tres días. Me empieza a mosquear que
tarde a veces mucho en contestar y en dos o tres ocasiones muy claro, me
pregunta o dice algo que no tiene nada que ver con mi conversación.
Lo que tú cuentas en tu blog entonces no es verdad, ¿te lo
has inventado? ¿no conoces a nadie que le haya pasado? Es que el nombre es el
mismo... A mi me ha dejado muy mosqueada
Anónimo22 de febrero de 2015, 19:40
Se me ha ocurrido meter hoy su nombre en el google y me ha
salido un enlace a tu blog, donde he leído lo que cuentas, y me he sentido
ridícula, ingenua, tonta y no sabes cuántas cosas más, porque además con alguno
de sus correos-cartas he pensado que parecían sacados de un manual de cartas de
novela rosa del siglo pasado, y contestaba en el mismo tono o más, a ver qué más
se le ocurría, pero a la vez sorprendida de lo que me estaba pasando.... ¿cómo
se puede ser tan boba?.... Es que me faltan dos años para cumplir los sesenta,
que no soy una adolescente, que soy, en general, más bien desconfiada y,
fíjate.... Muchas gracias por contestar a lo que te preguntaba.
Anónimo22 de febrero de 2015, 19:42
Bueno..., me acabo de dar cuenta de que es una página de
escritores, que se llama Valencia, pensé que era un blog de alguien que se
llamaba Valencia.... puffff.... más vergüenza todavía, y yo contando aquí
tonterías, y además me gusta escribir, casi mejor lo escribo como cuento, que
lo es y chino y os lo envío. Menos mal que lo he hecho anónimo, sino me meto
debajo de un ladrillo. Gracias, y otro día entro a leer cuentos.
Y aquí acabaron las intervenciones de mi comentadora anónima
por el momento. Estuve dudando sobre cambiar el nombre del scamer pero no lo
hice. Pongo punto final a una historia que sin duda tiene muchas
continuaciones.