martes, 17 de abril de 2012

El pintor de los Borgia

No sé por qué aquella tarde, contradiciendo todos mis hábitos de mujer meticulosa, se me ocurrió acudir a aquella cita. No sé por qué limpié mis pinceles, recogí un poco los trastos que tenía por medio y me fui al cuarto de baño donde me di una ducha de agua fría.

Horas antes había recibido un mensaje en mi móvil que decía:

Soy el pintor de los Borgia y es importante que nos veamos. Tengo que decirle algo que puede interesarle. Estaré en el Círculo de Bellas Artes a las 19:00.

Me pareció un mensaje ridículo proveniente de algún loco que había conseguido mi número de manera, para mí, inexplicable. En el mundo artístico abundan extraños personajes.

No sé por qué me maquillé y me vestí con esmero. Salí a la calle a eso de las 18:30. Anduve despacio recreándome en la agradable tarde primaveral. Al pasar por el jardincillo trasero del palacio de la Generalitat, el olor del azahar me invadió con una inmensa dulzura. Un lujo de aromas de campo en el corazón de la ciudad.

Entré en el Círculo puntual, según mi costumbre, y ocupé una mesa. Estaba desierto. Un camarero se me acercó y le pedí un Martini seco que bebí a pequeños sorbos mientras miraba la puerta en espera del misterioso personaje.

Apareció un hombre alto y guapo, trajeado de oscuro con una camisa muy blanca. Se acercó a mi mesa y me ofreció la mano:

-Hola, soy Bernardino di Betto di Biagio, conocido como Pinturicchio, y he nacido con el único objetivo de pintarla a usted.

-Hola –le contesté perpleja. Mis noticias sobre Pinturicchio eran que se trataba de un hombre feo y sordo y no se correspondían con el atractivo caballero que acababa de besar mi mano. Además, qué demonios significaba aquello. Es cierto que mi nombre es Lucrecia pero mi apellido no es Borgia y estamos en el siglo XXI.

-Todavía no he cumplido mi misión. Es por ello de vital importancia para mí que usted pose hasta la terminación del retrato que pasará a la historia para que los siglos puedan apreciar la belleza de su rostro –continuó con desfachatez.

-Lo haría con mucho gusto –dije siguiéndole la corriente- pero mi propia obra me lo impide. Tal vez cuando la mujer de mi cuadro llene el vaso volvamos a vernos. Ha sido un placer conocerle.

Me despedí de él y regresé a mi estudio donde el esbozo de mi extraña obra descansaba en la penumbra esperando que un nuevo amanecer avanzara los trazos de su copioso llanto.

14 comentarios:

  1. Parece el inicio de una obra más amplia que podrías continuar, para no dejarnos con la miel en la boca y la intriga sin solucionar!!

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    1. Es una intriga de difícil solución, cualquier final que le diese haría decaer la estética de esta extravagante aventura. Cosa de artistas...

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  2. Caray que forma más ingeniosa de aprovechar tu nombre; me ha encantado y estoy de acuerdo con Magda que la historia debe continuar.
    Me ha gustado muchísimo. Un abrazo.
    :)

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    1. Gracias, Yolanda, yo sigo pensando que es mejor dejarlo en la incertidumbre. Un abrazo.

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  3. Me recuerda a Body Allen, ese subrrealismo bien contado. Por cierto, creo que me ha parecido que los vasos se estaban llenando, te toca posar, Lucrecia Borgia....

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    1. Pues ahora que lo dices, sí, me recuerda a "Medianoche en París". No me había dado cuenta. Gracias, Wis.

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  4. Original trama y belleza también veo en tu relato que yo dejaría tal cual, sin más. Siempre me han gustado los finales inciertos y abiertos a interpretaciones.

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    1. Gracias, Amparo, qué gozo tenerte como prima y que nacieras en abril. Un abrazo.

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  5. Pues hada, te ha quedado muy redondo. Es una idea muy original esa de aprovechar tu nombre y de jugar con el paso del tiempo. Mi único pero es remarcar que el final de la historia no se entenderá, si el relato no va acompañado de la foto en la que se basa, y creo que me gustaría más, que no fuera así. Es decir, preferiría que el texto tuviera vida propia sin el soporte de la foto.
    Me ha gustado mucho, Lu.

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    1. La tendrá, la tendrá en cuanto tenga un rato me pongo a darle la vida que le falta. Gracias, Geli. Yo también estoy encantada de que nuestras vidas se hayan cruzado. Hay un destino juguetón que no para de mover sus dados y en VE ha salido poker de ases (modestia aparte, los ases sois vosotros). Un abrazo.

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  6. Muy imaginativo, Lu, quiero decir Lucrecia. Creo recordar que la familia Borgia tuvo una vida muy intensa, poder, dinero, fama, ....

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  7. En una foto tan difícil, has sacado mucho partido de ella. Un relato precioso Lu

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