- ¿Qué te
parece la última?
- ¿A qué te
refieres?
- Sé de buena
fuente que si recalificamos los terrenos de La Serranía, nos pagarán doscientos
mil a cada uno.
- ¡Ja, ja! Me
hace gracia lo de “nos pagarán”.
- Bueno ya
sabes…
- Somos
mayores…Con esto y alguna “cosita” más que caiga…me retiro cuando acabe la legislatura.
- Yo
también. Hemos estado a punto de caer con lo de Mallorca. ¡Menos mal que nos
avisaron a tiempo!
- ¡Uuufff!…Me
veía entre rejas…A nuestra edad… ¡Qué vergüenza!
- Si,
he instruido al más pequeño. Parece el
único capaz de seguir mis pasos.
- ¡Magnífico!
Mis hijos no quieren saber nada de política. La chica…a lo mejor, pero es muy
joven.
-¡Mejor, si es joven!…Además,
con la moda esa de la paridad en los mandos ejecutivos…con su apellido lo tiene más que
claro.
- Sí, tienes razón…
¡La orientaré para que haga derecho, por lo menos!
- ¿Sabes? En el
fondo siento pena por Jaime…pero, era el más indicado.
Una estupenda historia Amparo. ¡Pero por Dios no des ideas!, son capaces los políticos corruptos de enseñar a sus hijos para que sigan el mismo camino
ResponderEliminar¡La realidad siempre supera a la ficción, Fina!
EliminarDe acuerdo con ambas, lo de "seguir los pasos" nunca mejor dicho. Felicidades!!
ResponderEliminarMuy actual y, desgraciadamente real, esperemos que los hijos no sigan esos corruptos pasos. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarDe acuerdo con todos. Muy bueno, Amparo. Felicidades.
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