miércoles, 13 de abril de 2011

Luis Mateo Díez, UN TESORO

Viajé a la pequeña ciudad donde nació mi mujer una tarde de febrero.

Iba a cumplir una de esas últimas voluntades que uno asume con más conciencia del dolor y la memoria que de la necesidad de hacerlo, todavía contagiado por la emoción de aquella ausencia que el tiempo no lograba paliar.

Rosa quiso, y estoy seguro de que era una especie de capricho derivado de aquellas obsesiones finales que tanto la asediaban, que buscase una medalla en un preciso rincón del patio de la escuela donde habían transcurrido muchos recreos de su infancia.

Es curioso que alguien pueda detallar con tanta exactitud el lugar de un diminuto y trivial tesoro perteneciente a un pasado personal tan remoto, que en esos momentos tan graves de la enfermedad fatal sobrevenga el recuerdo de un suceso infantil que posiblemente no volvió a brotar nunca hasta ese instante.

Debajo de un ladrillo, en el sitio exacto, estaba la medalla enmohecida. Tembló en mis dedos mientras logré limpiarla y descubrir el rostro indeciso de una Virgen.

-¿Qué haces...? -dijo alguien a mi espalda. Una niña coja con un cabás en la mano izquierda me miraba con gesto severo e indignado.

-¿Por qué me la robas? – repitió

Tendía la mano derecha con decisión y apenas sin reaccionar deposité en su palma la medalla.

Desde entonces me he sentido despojado de la memoria de mi amor por Rosa y me voy convenciendo, con gran dolor, de que más allá de la desgracia de haberla perdido está la desesperación de presentir que nunca fue mía.

La dueña del tesoro huyó por el patio y desde las aulas se escuchaba como un turbio rumor el canto de multiplicar.

7 comentarios:

  1. Hermoso y triste relato. Bien venido Luis.

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  2. Madre mía, una niña capaz de hacer bullying a un adulto que cumple una voluntad de última hora, menudo bicho. La idea del relato es magnífica.

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  3. Caray se me pusieron los pelos de punta al leerlo, muy emocionante

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  4. Magistral, el toque de los grandes es insuperable y además es de mi tierra, muy bien Lucrecia por traerlo hasta aquí, viene muy a cuento con el tema de la foto.

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  5. A mi me ha puesto los pelos de punta... Muy bueno!!

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